Magia natural
La Magia Natural era un arte en Grecia. Los jardines medicinales eran muy comunes y se creía que plantas y árboles eran regidos por los dioses y las diosas, cuyas manos guiaban el destino del hombre.
Durante los siglos XV y XVI, la magia disfrutó de un renovado respeto, debido al surgimiento de la magia natural, que no necesitaba de ayuda alguna por parte de demonios o seres sobrenaturales. La magia natural vino a ser una especie de ciencia en su momento, y se basaba en la creencia de que todo lo existente en la naturaleza (personas, plantas, animales, rocas y minerales) rebosa de fuerzas poderosas, pero ocultas, denominadas «virtudes ocultas». Por ejemplo, se creía que las piedras preciosas poseían el poder de curar la enfermedad, influir en el humor e incluso dar buena suerte. Las hierbas poseían virtudes ocultas que podían facilitar la curación, a veces con sólo colgarlas encima del lecho del paciente. Incluso los colores y los números tenían poderes escondidos. Es más, todos los elementos de la naturaleza estaban conectados unos a otros de forma significativa, aunque oculta también. Los magos naturales, entre los cuales también había médicos, se plantearon el reto de desvelar dichas fuerzas y conexiones, y usarlas de manera beneficiosa.
Durante esa época, l@s bruj@s experimentaron con plantas silvestres y pronto descubrieron las magníficas propiedades curativas de flores, raíces y hojas. El poder para curar heridas y sanar enfermedades se convirtió en el sello de las brujas y muchas mujeres sabias fueron ahorcadas o quemadas porque poseían conocimientos que debían ser exclusivos y estaban prohibidos por la iglesia católica.
Pero llegar a ser un buen mago natural no era tarea fácil, ni lo es ahora; requiere investigación, estudio y observación minuciosa de la naturaleza. A veces la «virtud oculta» de una sustancia se manifiesta en su aspecto. Por ejemplo, la hierba scorpio (denominada así por su parecido con un escorpión) demostró ser un remedio eficaz contra las mordeduras de serpiente ya que las plantas que se parecen a determinados animales comparten cualidades similares. Pero para el dominio de la magia natural también es especialmente importante el estudio de la astrología, dado que muchas de las relaciones y propiedades ocultas en la naturaleza emanan directamente de los planetas y las estrellas. Además, el practicante ha de tener conocimientos amplios sobre anatomía y herbología, ya que uno de los objetivos más importantes de la magia natural es el de curar enfermedades, y una dolencia causada por la influencia de un planeta podía llegar a curarse con una hierba que estuviera regida por ese mismo planeta o, en algunos casos, por su contrario.
El mago natural es una especie de brujo del mundo natural y un maestro de las combinaciones; mezcla, empareja y explota las propiedades ocultas de la naturaleza para lograr resultados milagrosos y beneficiosos.
Si en los siglos IX y X, una persona respetable habría evitado cualquier contacto con la magia, durante el Renacimiento la magia natural era considerada un campo apropiado para el estudio por parte de intelectuales, médicos, religiosos y cualquiera que tuviera curiosidad científica.
En la actualidad muchas brujas continúan utilizando remedios naturales para combatir enfermedades y muchas de ellas manejan bien el arte de preparar pociones curativas.
Sin embargo, el poder de plantas y árboles no sólo se limita a la curación. También se pueden utilizar en amuletos y velas hechas especialmente para conjuros y rituales y con propósitos adivinatorios:
Lanzar palitos, semillas o pétalos de flores para obtener mensajes;
Quemar hierbas para interpretar la llama, su olor, sonido y el color forma o dirección del humo.
Hay plantas que son tóxicas por lo que no se deben recolectar sin alguien que nos guie, que sepa cuáles son y cómo recolectarlas. No debemos guiarnos por libros, porque muchas se parecen y cuesta distinguir la que es tóxica de la que no lo es. Muchas de estas plantas tóxicas las usan en magia “negra”. Aunque quien usa la magia natural, las llamadas BRUJAS VERDES, rechazamos cualquier uso negativo de plantas y árboles en la magia ya que violaríamos nuestra máxima: SÓLO HAZ LO QUE NO DAÑE.
Si se practica la magia con intenciones oscuras, el practicante se encamina a la autodestrucción ya que cualquier mal que se envíe  nos será devuelto por el Universo tres veces más fuerte. Igual que el bien que hagamos, claro. Es la triple retribución kármica y funciona aunque no se crea en ella.
Se debe pensar mucho antes de preparar un hechizo o encender una vela con un próposito determinado y, evidentemente, hacerlo en positivo.
INSPIRADO EN VARIAS FUENTES.