LA REINA GINEBRA Y EL HADA MORGANA

 

Las mujeres del ciclo artúrico suelen proceder del bosque, son sacerdotisas de la Diosa Madre, descendientes o supervivientes de la antigua religión de la Tierra de los Celtas, y han sido iniciadas en los ritos de la Diosa en la floresta virgen y el reino de las hadas. Los caballeros se internan en este espacio sagrado del bosque en busca de aventuras y allí son iniciados o guiados por seres femeninos, hadas, doncellas, damas, hechiceras o magas, es decir, por arquetipos femeninos, y a veces por ancianas de aspecto terrorífico que simbolizan el Espectro del Umbral, y otras por hermosas doncellas que les piden ayuda, o les ofrecen signos, señales y rutas iniciáticas.
Ginebra, que ocupa un preponderante papel en la trama del ciclo artúrico y en el futuro de la Búsqueda del Santo Grial, es pelirroja y muy hermosa, habiendo sido educada por sacerdotes cristianos está muy influida por las nuevas creencias en un “cristianismo” que viene a demoler el antiguo culto “pagano” del bosque, sin bien, los cristianos, como los romanos, llamaban “pagano” a todo aquel que no creyera en su Dios o en sus dioses.

Morgana le Fay (el hada Morgana) es adoradora de la luna, morena y de sombrío aspecto; es una “hechicera” desde el punto de vista de los invasores sacerdotes y monjes cristianos, que tratan de imponer por la fuerza sus creencias. En realidad, Morgana es la gran sacerdotisa del culto a la Vida y a la Diosa Madre, prácticamente extinguida a fuego y hierro por los soldados cristianos. Morgana es la hermana de Arturo y tras yacer con su hermano, por error en una fiesta pagana en el bosque, engendra a Mordred, el aspecto sombrío del reino de Arturo, y más tarde el asesino de su padre. Mordred es un gran caballero, fuerte y valiente, pero no tiene corazón, y utiliza los amoríos entre Ginebra y Lancelot para provocar la caída de Camelot. Amante de la “justicia”, Mordred pide o exige “que se cumpla la ley” y que Ginebra sea condenada a la hoguera.
De regreso a la corte del rey, Merlín revela a Arturo y a sus caballeros el misterioso designio de la Orden de Caballería y de la Tabla Redonda: reencontrar el Grial. Les muestra su significado real y su misteriosa trayectoria desde los tiempos de Cristo hasta José de Arimatea, así como el linaje de los Reyes Pescadores. Es entonces cuando Gawain eleva su voz para jurar defender a las damas, rendir justicia a los humildes y aventurarse en la Santa Gesta. Vemos así aparecer el ideal del caballero andante: la Caballería como custodia de lo sagrado, adalid de los menesterosos y benefactora de los humildes.

Fuente: Carmelo Rios.