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Galdr

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Las Völvas o Seidkonas eran sacerdotisas paganas que se especializaron en cantar galdrs.

Galdr (galdrar plural) en nórdico antiguo significa “encantamiento”; estos se realizan generalmente en combinación con ciertos ritos.

Los encantamientos fueron compuestos en un metro llamado galdralag especial. Este medidor fue similar a la de seis líneas en ljóðaháttr pero añade una séptima línea.

Un galdr práctico para las mujeres fue uno que hacía el parto más fácil. Pero también se utilizan, sobre todo, para llevar la locura a otra persona. Dicen que también los utilizaban para provocar tormentas, hacer barcos indestructibles, hacer espadas, armaduras y decidir la victoria o la derrota en las batallas.

También se menciona en varios de los poemas de la Edda poética, y por ejemplo en el Hávamál, donde se dice que Odin sabe 18 galdrar. Por ejemplo, Odin domina el galdrar contra el fuego, la espada, flechas, grilletes y las tormentas. Con los galdar también puede evocar a los muertos y hablar con ellos. Hay otras referencias en Skírnismál, donde Skirnir utiliza un galdrar para forzar a Gerðr a casarse con Freyr como se relata en la siguiente estrofa:

34. Heyri jötnar,
hrímþursar Heyri,
synir Suttungs,
sjalfir ásliðar,
HVE ek fyrbýð,
HVE ek fyrirbanna
maná Glaum mani,
maná nyt mani.

Traducción:
34. “prestad atención, gobernantes,
oídlo, los gigantes.
Hijos de Suttung,
Y los dioses, vosotros también,
¿Cómo te prohíbo
y cómo me prohibiría
El encuentro de los hombres con la criada,
La alegría de los hombres con la criada?”.

Una referencia notable del uso de los galdrar es el poema eddic Oddrúnargrátr, donde Borgny no pudo dar a luz hasta que Oddrun cantó un “galdrar morder”:

7. Thaer hykk mæltu
fleira þvígit,
gekk KNE fyr leve
meyju en sitja;
ríkt gól Oddrun,
rammt gól Oddrun,
Bitra Galdra
en Borgnýju.
8. Knátti mær bien Mogr
Sporna moldveg,
Börn Thau en blíðu
bana við Hogna;
nam que al Maela
mær fjörsjúka,
SVA en hon Ekki Kvad
Ord se fyrra:
9. “SVA hjalpi Ther
véttir hollar,
Frigg bien Freyja
ok fleiri Dios,
sem Jue feldir mér
Lejos höndum af. “

Traducción:
6. A continuación, sólo
hablaron, me parece;
Entró en las rodillas
de la mujer a sentarse;
Con Oddrun magia
y poderosamente Oddrun
Cantado por Borgny
encantos potentes.
7. Por fin nacieron
un niño y una niña,
Hijo e hija
del asesino de Hogni;
Habló entonces la mujer
muy débil comenzó,
Tampoco dijo nada
antes de esto habló ella:
8. “Así puede el santo
te ayuda,
Frigg y Freyja
y favorecido por los dioses,
Como tú me has salvado
del dolor ahora. “

© Morganna Barcelona.

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Seidhr

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ORÍGENES

El chamanismo es una tradición que se ha mantenido alrededor del mundo y que tiene probablemente raíces prehistóricas. Desde la publicación de Jakob Grimm sobre socio-linguística,Deutsches Wörterbuch (p. 638) en 1835, los eruditos han encontrado una relación bálto-finesa con el seid, relacionando su representación descrita en las sagas y en otros lugares con el noaidde, practicado por los chamanes lapones. Sin embargo el origen indoeuropeo también es posible (ver Hall 2004, 121-22). Cabe notar que la palabra seita (finés) o sieidde (sami), es utilizada para describir una figura de hombre formada por un árbol o una piedra grande de forma extraña y no está relacionada con la “magia” o la “brujería”; sin embargo es posible que estas palabras si deriven de seiðr (Parpola 2004).

Seidhr es una cosa vieja. Seidhr (nórdico antiguo: seiðr) un término para un tipo de hechizos o brujerías que fue practicado por los nórdicos paganos. La expresión también puede ser utilizada para referirse a reconstrucciones del neopaganismo moderno o a emulaciones de dichas prácticas.
En prácticas del norte de Europa de misterios religiosos, hay varias deidades asociadas con la magia.

Los dos más conocidos son Odin y Freya. Por lo general, es Odín que está asociado con la magia rúnica: un sistema basado en símbolos, signos y palabras. Como dios de la poesía, la guerra y el conocimiento, este es un sistema ideal para Odin para conectarse al Seidhr. Por otra parte, está muy en las manos de Freyja… una diosa que está asociada con la belleza, el amor, la guerra y la fertilidad. Por lo que es lógico pensar que ella está interesada en estos misterios también.

En la actualidad, las dos prácticas a menudo se cruzan entre sí y los curiosos de las runas se meten de lleno como expertos. Y no saben el arduo trabajo que conlleva cononcer la runas. La mayoría, las ven como una adivinación oracular sin pararse en la base histórica. Hay al menos una referencia literaria sólida sobre este tipo de práctica en la saga de Erik el Rojo, donde un pueblo pidió a una Seidkona que les ayudara a averiguar por qué estaban sufriendo hambruna con sus runas.

Es algo más que esto. Incorporó a base de hierbas curativas, la adivinación, bendiciones, maldiciones, el trabajo con los espíritus de la tierra, los espíritus de la casa, y los espíritus ancestrales.

En resumen, puede ser visto como una especie de brujería, con una profundidad que en la práctica puede ser de utilidad para la gente de vez en cuando, pero es algo que se teme por igual, ya que se valora. Es una práctica difícil de precisar, ya que es en gran medida una práctica vivencial, lo que significa que no es algo que se aprende en los libros, y no está muy enfocada en los tipos de aprendizaje que se suelen practicar en la vida cotidiana.

El seid involucraba el encantamiento con hechizos, a diferencia del galðrar que era más práctico, más chamánico y se enfatizaba en trances extáticos. Los practicantes de seid eran predominantemente mujeres (völva, o seiðkona, lit. «mujer que ve»), aunque también había practicantes masculinos (seiðmaðr (sjåmadhr), lit. «hombre que ve»). En la edad vikinga el seid tenía connotaciones de ergi («poco viril o afeminado») para los hombres, ya que sus aspectos manipuladores iban en contra del ideal de hombre franco, de conducta sincera.

Freyja y quizás algunas de las otras diosas de la mitología nórdica eran practicantes de seid, así como lo era Odín, un hecho que algunos creen que le avergonzaba, ya que Loki en Lokasenna lo acusó de practicante de seid como una forma de insulto. Sin embargo, otros creen que por ser el más importante de todos los dioses, estaba por encima de esas leyes morales, así como los dioses en las religiones politeístas de otros pueblos indoeuropeos. Los anglosajones tenían palabras que al parecer eran sinónimos de seiðr: siden y sidsa, ambas utilizadas en contextos que sugieren que eran usadas por elfos (ælfe); estas al parecer tenían un significado similar a seiðr. Entre las palabras en inglés antiguo para designar a los practicantes de magia estaban las palabras wicca o wicce, etónimos de la palabra en inglés moderno witch (bruja) pero sin conexión alguna entre wiccan y siden o sidsa.
Tal como describe Snorri Sturluson en su saga Ynglinga (sec. 7), el seid incluía tanto adivinaciones como magia manipuladora. Al parecer el tipo de adivinación practicada por seid era generalmente distinto, debido a su naturaleza más metafísica, que los augurios cotidianos realizados por las videntes.

En la saga de Erik el Rojo, la völva Þórbjörg lítilvölva en Groenlandia usaba un manto azul y llevaba en su cabeza una piel de cordero negro adornado con piel de gato blanco. También llevaba consigo una rueca simbólica (seiðstafr), que a veces era enterrada con ella; y se sentaba en una plataforma alta. En la saga de Örvar-Oddr, sin embargo, el manto era negro, si bien la völva llevaba consigo una rueca. Que tanto la elaborada descripción de la saga refleja la práctica pre-cristiana o cuanto aportó el autor, cristiano, con su imaginación, es algo difícil de determinar.

El galdr y su contraparte en inglés antiguo, gealdor, han evolucionado en la palabra inglesa actual yell (gritar) (escandinavo moderno: gala), y hay numerosos kenningars que comparan el sonido de la batalla con los cánticos del seid. Es muy probable que este sonido fuera muy agudo.

La diosa Freyja es identificada en la saga Ynglinga como una adepta a los misterios de seid, y se dice también que fue ella quien enseñó a Odín: Dóttir Njarðar var Freyja. Hon var blótgyðja. Hon kenndi fyrst með Ásum seið, sem Vönum var títt (“La hija de Njörðr era Freyja. Ella presidía sobre los sacrificios. Fue ella quien primero puso a los Æsir en conocimiento del seiðr, que era una costumbre entre los Vanir”).

En el Lokasenna Loki acusa a Odín de practicar seid, condenándolo como un arte impropio de un hombre. Una justificación para esto puede encontrarse en la saga Ynglinga donde Snorri opina que quien practicase el seid era considerado como débil e impotente.

Un posible ejemplo de seid en la mitología nórdica es la visión profética que le da a Odín en la Völuspá la völva, vala, o profetisa de la cual el poema lleva su nombre. Su visión no está conectada explícitamente con la práctica de seiðr, sin embargo la palabra se encuentra en el poema en relación al personaje llamado Heiðr (que tradicionalmente es asociado con Freyja, pero también puede ser la völva: ver McKinnell 2001). Hay una fuerte similitud entre la völva en este relato y las nornas (las parcas de la mitología nórdica).

Otro notable practicante mitológico de seiðr era la bruja Groa, que intentó asistir a Thor, y que fue convocada desde su tumba en Svipdagsmál.

La magia vikinga o Seidr incluía el encantamiento con hechizos, que también podía ser llamado galdrar o galðrar, y el encantamiento con runas “atadas” (superpuestas de un modo concreto) o bindrunes. Los practicantes de Seidr eran predominantemente mujeres (seidkonur; también völvur), aunque asimismo había practicantes masculinos que se asociaban a un cierto afeminamiento (seiðmaðr; literalmente “hombre seid”). Como decimos, en la era vikinga el Seidr tenía connotaciones de constituir algo ergi (“poco viril”) para los varones, ya que sus aspectos manipuladores iban en contra del ideal de hombre franco, de conducta sincera, que da la cara al enemigo en todo momento. Freyja y quizás algunas de las otras diosas de la mitología nórdica eran practicantes de Seidr, así como Ódinn (un hecho que algunos pensaban que le avergonzaba, ya que Loki lo acusó de practicante de magia como una forma de insulto). Sin embargo, otros creían que por ser el más importante de todos los dioses estaba por encima de esas leyes morales.

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Seidkonas, sacerdotisas vikingas

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VÖLVA O SEIDKONA

Una völva (del nórdico antiguo: vǫlva) o vala (del antiguo alto alemán: wala), a veces también mencionada como seiðkona o wicce era una sacerdotisa en la mitología escandinava y entre las tribus germánicas.

La palabra inglesa witch es la forma moderna de wicce. Como las mujeres en general en las sociedades tribales germanas pre-cristianas, las völvas practicaban seiðr (chamanismo en la magia rúnica), el cual era considerado como ergi (que no era para los hombres), a pesar de que había practicantes hombres llamados seiðmaðr (o Wicca en antiguo inglés).

También asociados a las völvas estaban los encantamientos llamados galdrar. Se creía que las völvas poseían tales poderes, y que incluso el padre de los dioses, Odín en persona, consultó una para conocer el futuro de las divinidades, un relato que se preserva en Völuspá.

Ejemplos de völvas en la literatura nórdica incluyen la vidente Heidi (alt. Heith) en la Völuspá, la bruja Gróa en Svipdagsmál y Þórbjörg lítilvölva en la saga de Erik el Rojo.

En la sociedad vikinga, de igual manera que cualquier jefe de una casa podía oficiar los sacrificios a modo de sacerdote, a las mujeres también se las podía considerar sacerdotisas de su propio hogar. De hecho, el telar que había en todas las casas, y que era parte del intransferible mundo femenino, estaba asociado con la buena suerte de la familia. Las mujeres nórdicas tenían rituales o conjuros para casi todas las acciones de la vida.
Pero había otra magia más especializada, como el caso del seidr, que podría definirse como una forma de chamanismo femenino practicado en el norte europeo. La palabra viene de la raíz indoeuropea sed- y, al igual que el sedere del latín, tiene el sentido de sentarse en comunión con los espíritus.
La oficiante, llamada seidkona, acompañándose de un canto llamado vardlokur o galdrakona para entrar en trance, conseguía desarrollar facultades para la sanación física, mental y espiritual, la profecía o la canalización de los dioses y diosas a través de otra persona. También algunos de los actos considerados comúnmente como maléficos, como provocar enfermedades, tormentas o la muerte.

Seidkona, según la descripción hecha en la Saga de Erik el Rojo
En la Saga de Kormak, se cita a una seidkona que realiza el sacrificio de un ganso antes de iniciar una sesión mágica. En otros escritos se mencionan similares sacrificios con animales de pelo negro. En la Saga de Orvar Odds se cita a una seidkona que es ayudada en su trance por un coro de 30 jóvenes de ambos sexos.

En la Saga de Erik el Rojo, una tal Thorbjorg llega a una casa donde es instada a hacer una profecía sobre cuándo acabaría la mala racha por la que estaba pasando Groenlandia. La saga pormenoriza su atuendo, lo que nos da una idea de que tenía que ser muy significativo: capa azul atada con tiras de cuero y adornada con gemas, capucha negra de piel de cordero forrada con piel de gato blanco; de esta misma piel son sus guantes, y no puede faltar una bolsa que cuelgue de su cinturón con todos los elementos que necesita para desarrollar sus facultades.

Para cenar le dan gachas con leche de cabra, que toma con una cuchara de latón, y un plato con corazones de las distintas clases de animales que hay en la granja, que come con un cuchillo de hoja rota con el mango de colmillo de morsa con dos anillos de cobre. Pero aún falta un elemento importante: alguna mujer de la granja que sepa recitar el Vardlokur. Finalmente, puede realizar la profecía sobre el final de la epidemia y del hambre que se habían desatado aquel invierno.

Después, los asistentes acuden a ella de uno en uno, y para todos hay una respuesta. La saga asegura que hubo pocas que no sucedieron tal como ella predijo.

Fuente última parte: Breve historia de los vikingos – Manuel Velasco

 
© Morganna Barcelona.

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