Tarot Evolutivo.
El tarot evolutivo es una herramienta terapéutica basada en la lectura del tarot que permite conocer y descubrir nuestro potencial, tanto humano como espiritual. Con él podemos resolver los bloqueos y evolucionar según nuestras circunstancias y llegar a un equilibrio personal. Es una forma de leer el tarot para tratar y resolver conflictos personales desde nuestro interior, hacia el autoconocimiento y la propia evolución.
El tarot es el soporte en el que reflejamos nuestras preocupaciones, traumas, historias y también nos muestra nuestro lado inconsciente. Y esa parte inconsciente es un área muy importante ya que nos lleva a nuestras acciones cotidianas. Profundizar en una lectura de tarot es esencial para averiguar qué es lo que realmente nos obstaculiza y descubrir nuestras capacidades de reacción. Por eso siempre digo que el tarot es una herramienta muy poderosa y cuando lo digo, no lo hago refiriéndome al tarot como sistema de adivinación. Es una herramienta que puede mostrarnos un sin fin de posibilidades y orientarnos para resolver nuestros conflictos y desafíos.
Una sesión de tarot evolutivo no es una consulta de adivinación. No sirve de nada estar pendiente del futuro, el futuro lo creamos día a día y el hecho de programar nuestro día a día pensando contínuamente en el futuro nos distrae de lo que realmente nos tiene que ocupar en este preciso instante. El futuro es cambiante e impreciso y si nuestra mente no está en un estado de equilibrio, entonces no somos capaces de manejar los pensamientos que crean nuestra realidad diaria. Hemos de vivir nuestro presente y ahora.
En la sesión se responde a inquietudes muy profundas e importantes para el paciente. Es para intentar ver el inconsciente, para saber qué es lo que realmente no vemos de nosotros mismos para reconocerlo y aceptarlo, porque es lo que nos está llevando a pensar, sentir y actuar de una manera determinada, perjudicándonos o beneficiándonos.
No es una consulta adivinatoria, por lo que es necesario emplear un mínimo de tiempo para poder realizarla de forma profunda y que nos permita aclarar y dar diferentes opciones al problema o inquietud. Generalmente, dura alrededor de 1 hora y media como mínimo.
El resultado de la sesión no es la única opción. Esto quiere decir que todo lo que se veamos, son solo opciones que podemos considerar o desechar. Por lo tanto, sólo es un instrumento para servir a los demás. Y la última palabra siempre la tiene el paciente.
En la sesión es necesario, para empezar, que nos podamos abrir con sinceridad y con una actitud sosegada y confiada. El terapeuta debe estar dispuesto a escuchar. Hemos de poder soltar lo que tenemos dentro, sea lo que sea. Hemos de poder desahogarnos, expresarnos.
Si tienemos miedo de decir algo, no nos hemos de sentir obligados a decirlo, pero sí deberíamos reconocerlo para poder sanarlo a nivel interior. Sino, no evolucionamos.
Muchas veces el ego, el orgullo, el miedo o la rabia nos hace esconder quiénes somos realmente y así creamos una máscara frente al mundo. Y esto entorpece la sesión, le dificulta el acceso al terapeuta y así no podemos ayudar.
En realidad, la sesión es una charla en la cual el paciente ha de contar su problema para poder profundizar y así poder descubrir qué es lo que le está obstaculizando para que las coses no estén claras.
En estos casos, el tarot sólo es una herramienta psicoterapéutica que nos ayudará a ir más allá y ver soluciones para poder cambiar, transformar, lo que tenemos obstaculizado. El obstáculo muchas veces son patrones mentales y educacionales que nos han hecho lo que somos hoy. Y eso está en nuestro inconsciente, dónde no tenemos acceso consciente, es lo que no vemos de nosotros mismos desde nuestra perspectiva personal.
Usamos el tarot como un espejo y así podemos darnos cuenta que no existe nada en nosotros a lo que no tengamos acceso. Con este reflejo de nosotros mismos podremos saber de nuestros potenciales para poder manifestarlos y también reconocer nuestros defectos para poder cambiarlos y mejorar. Es necesaria su aceptación, porque sino no es posible sanar y evolucionar como seres humanos.
Se trabaja para ir a nuestro interior, para cambiar lo que hace que nos retrasemos y así cambiar nuestro entorno y condicionamientos. Primero hay que cambiar lo de dentro para poder cambiar lo de fuera. Si lo conseguimos, cambia nuestro entorno porque dentro de nosotros es dónde reside nuestro poder de crear nuestra realidad. Somos responsables de todo lo que nos ocurre si estamos inmersos en una sociedad occidental. Porque siempre hablamos desde el punto de vista de la vida que ahora tenemos a nivel personal y aquí.
Y lo que también es muy importante para que la sesión funcione es la predisposición del paciente. De ello dependerá obtener buenos resultados. Sin voluntad de cambio, ni consciencia o actitud para ello, no dará resultado. Es una terapia para sanar e intentar conducir de la mejor forma posible nuestra vida hacia un mejor estado de felicidad interior y autoconocimiento. Por ello es neceario, imprescindible, querer provocar cambios aunque para ello tengamos que desmontar prácticamente la totalidad de nuestros esquemas mentales.