El Tió de Nadal

Grabado del s. XVIII con niños y el Tió.

La tradición popular del Tió congrega cada día 25 de diciembre -aún dentro de la celebración del solsticio de invierno, a miles de familias que alrededor de un trozo de tronco o “soca” a la que llaman Tió, conservan una tradición que probablemente tiene raíces en un culto arbóreo de la Antigüedad.

El tió de Nadal existe, de forma documentada en Cataluña, desde el siglo XVII (aunque se dice siempre que era anterior). Esta forma de celebración es muy similar a otras celebraciones del culto invernal como la del Yul log en los países germánicos, aunque de una forma un tanto distinta. De hecho, tradicionalmente, el Tió era de encina y roble, maderas sagradas grandes conectoras de electricidad.

Hoy en día, al Tió se le pinta una cara y viste con barretina y una pipa, se le da de comer durante a partir del 8 de diciembre (fruta del tiempo) y se le cubre con una manta. La fruta va desapareciendo día a día. El día 24 de diciembre por la noche, los padres ponen dulces y pequeños regalos bajo la manta, mojan la soca con vino, dan unos bastones a los niños, y los niños golpean al tronco cantando una canción, y después levantan la manta para descubrir los regalos.

Canción del Tió (en catalán)

Caga tió -caga tió-

ametlles i torró -almendras y turrón

no caguis arangades -no cagues arenques

que són massa salades -que son demasiado salados

caga torrons -caga turrones

que són més bons -que son más buenos

Caga tió -caga tió

ametlles i torró -almendras y turrón

si no vols cagar -si no quieres cagar

et donaré un cop de bastó -te daré un golpe de bastón!


Pero el rito real no era tan inocente como este. En la antigüedad, se sabe que el tronco se quemaba del 25 de diciembre al 5 de enero, y sus cenizas e guardaban para remedios caseros y como amuleto protector. El primer fuego del año se encendía a partir de las cenizas del Tió, por lo que la llama del solsticio no se extinguía y se renovaba eternamente. Las ofrendas de comida y oraciones eran perpetuadoras del culto a los ancestros, y de conservación del núcleo familiar, y su llama recordaba los ancestros. De hecho, el ritual fue condenado por el obispo de Braga en el siglo VII (!!!). En la Provenza francesa hay una variante del rito basado en dar 3 vueltas a la casa con la soca y lo rociaba con vino caliente recitando una oración.

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Este tió tiene unos 20 años… es el que usamos en casa cada Navidad

Las celebraciones alrededor de tronco no son exclusivas de Cataluña, como ya se ha dicho, ya que son reminiscencia del culto a los árboles como encargados de nutrir la comunidad. Al mismo son una forma de culto a los ancestros, en el cual las ofrendas a la “soca” sirven para garantizar la protección de la familia durante el año siguiente. Se ha especulado sobre la naturaleza de esta celebración como antecedente de la importación probablemente germánica del “árbol de navidad”, y es muy probable que así fuera, pues su presencia enCataluña es anterior al árbol, y social y culturalmente se ve como algo más “propio”, y se ha interiorizado tanto que llega a tener una canción propia.

Desgraciadamente, el Tió no puede apenas competir con el clásico abeto de la tradición germánica, y en pocas generaciones se habrá perdido si no se hace nada al respecto. Y es algo a tener en cuenta, que con el tiempo se le haya dado una forma tan humana a lo que no deja de ser un tronco, y que se haya desnaturalizado tanto de su origen, que se haya transformado en una mera anécdota de algo que posiblemente era el origen primigenio genuino del “árbol de Navidad” en el territorio.

Enciclopedia de la fantasia Popular catalana – Joan Soler i Amigó